Un oasis de cordura en medio de unas vacaciones navideñas muy locas en el #claustrovirtual. Así defino yo el hilo de @jaherranzmedina, en el que con gran maestría y sencillez nos habla de la fórmula ‘ver en clase + estudiar en casa + examen’, técnica muy usada en la antigüedad y en la posmodernidad.
No se salva nadie, ni el alumno más rico ni el más pobre. Parece ser el pecado original con el que nacen todos los docentes, ensamblado de serie en su código genético. Una herencia de la que no podemos desprendernos ni aun queriendo. Hasta el más innovador de la sala es incapaz de deshacerse de esa cosa a la que no llamará examen pero sí ‘pruebesita evaluable’. Por muchos kilos y kilos de purpurina con los que intente taparlo, seguirá siendo necesario el segundo sumando de la fórmula: que el niño estudie en su casa.
Pero nadie parece preocuparse de lo que puede suceder en las casas de esos alumnos. Una variable, a mi juicio, que aporta un grado de incertidumbre e incerteza demasiado grande al noble acto calificativo. Ello nos lleva a concluir lo que bien apunta @jaherranzmedina: ‘hay parte del alumnado que jamás entra en esa fórmula, por lo que su aprendizaje se ve reducido y su experiencia escolar se vuelve negativa y desmotivadora’. Agárrate y no te menees. ¿Cómo te quedas, profesor de la pública? 👨🏻🏫
Si esto te remueve como gestor y organizador de todo lo que ocurre con tu grupo dentro del aula, te vas a meter en un auténtico jardín, pues arreglar esto no es cosa menuda. No te pierdas el hilo de @jaherranzmedina, donde nos habla de su experiencia en Primaria y cómo intenta resolver esta difícil ecuación para que TODO el alumnado aprenda. Que no nos quede intentarlo. Por favor y gracias 🙏